El artículo “La literatura
infantil en la España de los noventa” de la autora Ana Garralón expone la
situación de la literatura infantil y juvenil de la década de los noventa.
En primer lugar, relata que este
tipo de literatura estaba en aumento en diversos aspectos dentro de la edición
y la publicación aunque esta formidable situación suele pasar inadvertida por
los medios de comunicación más extendidos.
Aunque se tuviera esta situación,
la edición se redujo respecto a los ochenta, ya que unas crisis económicas obligaron
a ceñirse a obras nacionales y relegar a un segundo plano lo extranjero.
En segundo lugar, existen dos
tipos de editoriales que buscan el máximo beneficio económico. Las grandes ya
estaban inmersas en los colegios por los libros de texto y tendían a crear
nuevas colecciones de libros. En cambio, las pequeñas deseaban estar dentro del
contexto escolar y para ello ofrecían material a los docentes.
Estas empresas deseaban aumentar
su catálogo y para ello volvían a publicar libros que ya no se vendían o fueron
censurados en su momento, además de convocar unos premios que captaran la
atención de los escritores. Con aumentar las obras publicadas no era suficiente,
ya que querían publicar libros de personas reconocidas para tener un momento de
protagonismo dentro de los medios de comunicación más empleados por los
ciudadanos.
En tercer lugar, en la década de
los noventa tuvimos autores que
comenzaron una o dos décadas atrás su trabajo. De ellos, unos siguieron con la
temática de entonces y otros han evolucionado. Por otro lado, algunos de los
autores posteriores han recurrido a innovaciones expresivas y temáticas.
De todas maneras, la línea
general era una literatura que no supusiera problemas a ningún tipo de lector
en ningún aspecto literario, es decir, una historia con la que se pudieran
identificar personalmente dentro de un contexto exótico con fácil solución.
También hay escritores que se centran en la historia (normalmente de España)
con cierta originalidad en su tratamiento.
Por último, la autora afirma que
en este tipo de literatura se dejaba a un lado la producción latinoamericana,
ya que normalmente existía indiferencia de un país hacia sus antiguas colonias.